10 ago 2010
7 ago 2010
14 jun 2010
polaca hollywoodense
Mientras escribo, mi espacio auditivo se debate entre la música que intento escuchar y el ruido de las cortadoras de concreto y martillazos de la calle. Es 14 de junio, cuarto aniversario de aquel desalojo de los maestros del zócalo de Oaxaca, y para conmemorarlo hay marchas y la ciudad es un caos. La consigna de la APPO sigue siendo la misma: abajo Ulises Ruiz. Me sumo a esa idea desde afuera, a mi tampoco me agrada el wey; pero nunca (y me da orgullo) tuve fundamentos para pronunciarme del lado del "movimiento"y sus métodos, por lo cual no dudo que podría considerárseme como apático, borrego, burgués, etc. por muchas personas en Oaxaca, locales y advenedizas como yo. La verdad me vale madres.
Ese ruido que no me deja oír mi música en paz, el polvo que vuela y se mete a todos lados, lo tardado de las obras de embellecimiento de las calles del centro, el caos vial que de por sí ya existía, la inseguridad que hay en las áreas en reparación (han habido asaltos y caídas), el pensar en cuánto están costando estas obras que nadie pidió, en cuánto dinero está gastándose en una supuesta mejora de imagen en pro del turismo, cuando hay colonias que no cuentan con los servicios básicos, mi imagen mental de Ulises contando fajos de billetes que en parte vienen de mis impuestos mientras se ríe junto a sus contratistas allegados; todo es indignante. Pero no creo que salir a las calles a causar más caos sea la respuesta apropiada, para nada. Las estructuras de gobierno en Oaxaca, del PRI más arcaico, amañado y arraigado permiten que todo esto y cosas peores sucedan con toda "normalidad". Está cabrón.
Hace poco estuve en Veracruz y tuve chance de recorrer un buen cacho del estado, manejando hacia Poza York. En ese estado también habrá elecciones y las campañas están a todo lo que dan. Me llamó la atención que al parecer el PRI le está apostando por todos lados a la táctica Peña Nieto: postular candidatos jóvenes y guapos, lo más parecidos posible a personajes de telenovela y de preferencia católicos de familia bien. Al menos ese patrón me parece que es evidente en Veracruz, tal vez queriendo revertir la omnipresente publicación de fotos de Fidel Herrera que es bastante feíto y está acomplejado por ser moreno (se dice por ahí que se manda blanquear en Photoshop...).
Ejemplos consumados: Salvador Manzur, diputado y candidato a alcalde de Veracruz, ex noviecito preparatoriano de mi hermana; Pepe Ruiz, diputado, carismático ex-compañero mío de prepa, que pasaba química regalando pomos a los profes, o regalándoles partes para sus coches que sacaba del negocio de grúas de su familia. La que más ha llamado mi atención en esta reciente visita es una chava de nombre Ainara, hija del alcalde de Veracruz, Jon Rementería; amiga en común de decenas de mis contactos de Facebook, y candidata a una diputación. Cuando por primera vez vi una de sus lonas promocionales pensé que se trataba de una modelo o edecán decorando alguna campaña de gobierno. Pero no. La chica guapa, güerita, tipo Barbie región 4 es la mismísima candidata. Está tan buena que al mismísimo Fidel se le sorprendió en una foto echándose un taco de ojo hace un par de años. Y al pasar manejando por varios municipios hacia el norte, me di cuenta que no está sola, hubo al menos un par de mantas más de candidatas guapas y con tipo de gente bien.
No creo que sea una coincidencia. Tal vez el PRI se está asesorando con algún profesional de imagen salido de Televisa. Javier Duarte, candidato a gobernador, no suelta la frasesita "tengo 36 años". Tiene que presumir su juventud porque de carisma no tiene nada, pero me parece parte del mismo plan de imagen hollywoodense.
Por algún motivo en Oaxaca no se ve la misma tendencia. Aunque Eviel, gordito y de bigote, aparezca en sus fotos siempre con la camisa dejando ver pechito, y la Titi Rodríguez sea güerita y de familia bien, para mi como elector y observador común, representan a ese mismo PRI jurásico y apestoso que ha gobernado desde siempre.
Ya veremos si la lanota que se le está pagando al asesor de imagen del PRI, al menos en Veracruz, le valdrá la pena al partido. Si la formulita les funcionara, la lógica indicaría que en Oaxaca ganaría Gabino Cué, de quien he escuchado que se le considera un señor guapo... A reserva de eso, y a pesar de que no me encanta como opción, definitivamente proyecta una imagen más fresca en su campaña.
Después de todas estas observaciones pendejas y medio aleatorias, solo me resta esperar:
- Que las manifestaciones de la APPO y los maestros de la sección 22 se queden en lo simbólico y no vuelva a ocurrir un estallido sin pies ni cabeza. Y que regresen rápido a trabajar y nos dejen hacer lo mismo.
- Que las elecciones (si es que de algo sirven) transcurran con calma, y la gente salga al menos a intentar tirar al PRI por la via oficial, y no se repita el abstencionismo de 2007 en el que este partido arrasó e hizo lo que se le hinchó.
- Que acaben rápido las pinches obras de las calles, etc.
Las máquinas siguen haciendo ruido aquí afuerita. Tomo un respiro profundo. Ya se que aunque le suba a la música no voy a ganar.
11 feb 2010
chile y alcohol II
¿Quién iba a decir que aquellos síntomas de ardor en el estómago continuarían años después? Claro, un doctor.
Pues así fue. En junio 2009 finalmente decidí ver a un gastroenterólogo, ya que todas las automedicaciones para la gastritis dejaban de funcionar después de un rato. Después de un tratamiento medianamente largo, tedioso, riguroso (no alcohol, no café, no chile, no nada), y pasados varios meses, todo está mucho mejor, pero tengo que estar al pendiente de mi condición.
La verdad es que Barcelona me trató muy bien: no tuve reparo en qué comer, qué beber y a qué hora, y en los veintitantos días que anduve por allá entre diciembre y enero no tuve síntoma alguno de gastritis... hasta le dejé a mi cuñado un frasco de Riopan que me llevé, pues no hubo necesidad ni de un traguito. Pero nomás regresé a Oaxaca y mi estómago empezó otra vez con molestias. Lo acepto, le he entrado a las tlayudas y al mezcal, pero también he reducido casi al 100% mi consumo de café y de chile, ahora soy amigo del té y el arroz blanco; y he tenido cuidado de las horas de comer.
Se supone que no debo consumir alcohol, pero seamos realistas, el alcoholismo es el hobby mundial por excelencia, y yo no soy nadie para negar los miles de años de historia de la humanidad y su paralelo consumo de alcohol (y otros estimulantes) para ayudar a sobrellevar la a veces pesada existencia. Pero bueno, ahora sí debo aplicar la de todo* con medida.
El doctor dice que gran parte de la condición se debe a factores anímicos como el estrés, no sólamente los malos hábitos alimenticios. Definitivamente no estaba nada estresado en Barcelona, hasta los cortaditos del diario me entraban como agua. Ahora que regreso, tampoco creo estarlo, llevo bastantes semanas de vacaciones y pasándola bien, sin embargo no puedo comer y tomar todo lo que se me antoje, pues está el constante recordatorio, sutiles señales no dolorosas ni ardorosas que el estómago da, como diciendo: "si se te ocurre tomarte un café vas a ver". Ni modo, me aguanto.
*Todo alcohol de mas de 30º. No aplica en chelas.
Pues así fue. En junio 2009 finalmente decidí ver a un gastroenterólogo, ya que todas las automedicaciones para la gastritis dejaban de funcionar después de un rato. Después de un tratamiento medianamente largo, tedioso, riguroso (no alcohol, no café, no chile, no nada), y pasados varios meses, todo está mucho mejor, pero tengo que estar al pendiente de mi condición.
La verdad es que Barcelona me trató muy bien: no tuve reparo en qué comer, qué beber y a qué hora, y en los veintitantos días que anduve por allá entre diciembre y enero no tuve síntoma alguno de gastritis... hasta le dejé a mi cuñado un frasco de Riopan que me llevé, pues no hubo necesidad ni de un traguito. Pero nomás regresé a Oaxaca y mi estómago empezó otra vez con molestias. Lo acepto, le he entrado a las tlayudas y al mezcal, pero también he reducido casi al 100% mi consumo de café y de chile, ahora soy amigo del té y el arroz blanco; y he tenido cuidado de las horas de comer.
Se supone que no debo consumir alcohol, pero seamos realistas, el alcoholismo es el hobby mundial por excelencia, y yo no soy nadie para negar los miles de años de historia de la humanidad y su paralelo consumo de alcohol (y otros estimulantes) para ayudar a sobrellevar la a veces pesada existencia. Pero bueno, ahora sí debo aplicar la de todo* con medida.
El doctor dice que gran parte de la condición se debe a factores anímicos como el estrés, no sólamente los malos hábitos alimenticios. Definitivamente no estaba nada estresado en Barcelona, hasta los cortaditos del diario me entraban como agua. Ahora que regreso, tampoco creo estarlo, llevo bastantes semanas de vacaciones y pasándola bien, sin embargo no puedo comer y tomar todo lo que se me antoje, pues está el constante recordatorio, sutiles señales no dolorosas ni ardorosas que el estómago da, como diciendo: "si se te ocurre tomarte un café vas a ver". Ni modo, me aguanto.
*Todo alcohol de mas de 30º. No aplica en chelas.
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